En diversas ocasiones hemos hablado de las posesiones en personas, en objetos inanimados como muebles, muñecas, pinturas, o incluso juguetes.
Pero si los espíritus pueden llegar a adherirse a cualquier forma de
vida u objetos inanimados también pueden poseer a los animales. Según
los expertos en lo paranormal hay casos bien documentados a lo largo de
la historia de perros, gatos, pájaros y hasta caballos que han sido
poseídos por malos espíritus, transformándolos en bestias diabólicas y
haciendo la vida imposible a sus propietarios.
Entonces, la
respuesta a una de las grandes controversias del mundo paranormal es que
los animales pueden ser poseídos por demonios al igual que los seres
humanos.
La posesión animal, toda una realidad
Es
un hecho demostrado que los animales tienen alma ya que son capaces de
demostrar emociones. De lo contrario estas criaturas serían como una
cáscara vacía. Pero dejando a parte esta controversia, muchos espíritus
malévolos o demonios tienen la capacidad de poseer tanto animales como
objetos.
La
realidad es que los animales están en sintonía con la actividad
espiritual, pudiendo sentir entidades de otras dimensiones, y es que
mucho antes de que los seres humanos seamos capaces de detectar la
actividad paranormal los animales ya han percibido esas presencias. Esto
hace que el animal se convierta en toda una tentación para la posesión por tales espíritus.
El propósito de la posesión de los animales es utilizarlos como medios para dañar a los seres humanos.
La posesión es temporal, durante el cual pueden hacer que los animales
tengan un comportamiento inusual como atacando salvajemente a la gente
sin explicación aparente o haciendo que insectos y animales (cucarachas,
ratas, chinches, mosquitos, etc…) se multipliquen muy rápido de modo
que se convierten en un problema para los seres humanos.
Casos de posesiones animales
Ed
Warren, uno de los más famosos investigadores de lo paranormal que
falleció en 2006, dijo que los casos de posesiones en animales están
bien documentados históricamente desde antes de la Edad Media. Warren en
una de sus publicaciones recordó un caso ocurrido en Connecticut, donde
un perro cambió su actitud apacible por una bestia feroz.
El
perro al parecer babeaba, con unos ojos oscuros como el carbón. En
repetidas ocasiones el animal mordió salvajemente a su amo, además de mostrar una fuerza increíble.
Pero lo más sorprendente fue que el veterinario no fue capaz de
diagnosticarle ninguna enfermedad. El animal continuó siendo objeto de
la posesión, por lo que solicitaron la ayuda de un exorcista. Todos los
presentes aseguraron que mientras se le realizaba el exorcismo el perro
se puso muy rígido con unos ojos saltones. Gruñía y se estremecía como
una persona, para finalizar con gemido que parecía proceder del
mismísimo infierno. A partir de entonces el animal nunca más volvió a
tener ese comportamiento inusualmente agresivo.
Los Warren también
hicieron referencia a un gato poseído que trató de matar a su
propietaria. Una mujer que compró un gato y se lo llevó a casa, no sabía
que había sido utilizado en rituales de magia negra. Una
noche se despertó para encontrar el gato en la parte superior de su
pecho, mostrándole los colmillos, las orejas echadas hacia atrás,
gruñendo y escupiéndole en su garganta. Pero lo más aterrador era que una sombra se cernía en torno al gato
mientras la mujer se ahogaba. Casi sin poder ni respirar, la mujer
empezó a orar como pudo, consiguiendo que el gato saliera corriendo de
la casa para no volver jamás.
En Nueva York también hubo un caso
de posesiones de animales. Algunos jóvenes que trabajaban en unos
establos se vieron involucraron en una secta satánica y rituales
celebrados con los animales. Al parecer una entidad demoníaca había
poseído a un caballo. Una niña de unos nueve años se encontraba montando
un caballo cuando de repente el animal comenzó a correr por el campo
como si fuera impulsado por una fuerza sobrenatural. En
un momento dado, el caballo tiró a la niña al suelo y mientras echaba
espuma por la boca, trató de atacarla. Dos veterinarios no fueron
capaces de diagnosticarle absolutamente nada. Mediante un ritual de
exorcismo, el caballo volvió a ser el animal dócil que era antes.
Señales de una posesión animal
Descartando
el problema del mal comportamiento, cualquier mascota inocente podría
terminar albergando a una entidad demoníaca, arruinando así la vida de
su propietario. Pero si sabe detectar correctamente las señales de
advertencia, se puede reaccionar rápidamente para minimizar el daño al
animal.
- Hay que estar atento a los cambios repentinos en el comportamiento del animal: Una mascota dócil se convierte repentinamente tímida, pasa por tener un comportamiento depresivo y acaba siendo hostil.
- La mascota tiene un comportamiento aparentemente normal, pero cuando menos te lo esperas se vuelve destructivo.
- El animal demuestra reacciones extremas a eventos ordinarios, como un perro que se lanza hacia una puerta, inusuales ladridos, arañazos y aullando sin motivo aparente.
- La mascota se vuelve eufórica e hiperactiva cuando hay algún tipo de problema en casa, como si él estuviera disfrutando de la circunstancia.
- Otro punto a tener en cuenta son los malos hábitos que puede coger el animal, como disfrutar de la suciedad o comiendo desechos, una conducta que nunca ha sido habitual en él.
- Una mascota poseída chilla, aúlla y hasta grita de forma inusual. Y esta conducta aumenta con el tiempo y sin tener una causa lógica.
- La mascota actúa de manera inusual ante objetos sagrados religiosos.
- Junto con la llegada de una nueva mascota la familia comienza a experimentar acontecimientos inexplicables, accidentes extraños, o una racha de mala suerte u otras dificultades.
Como
hemos podido comprobar los animales no están exentos de las posesiones
de entidades demoníacas. Por eso siempre es importante proteger a la
mascota mediante amuletos, velas, inciensos u otras técnicas para evitar
este tipo de fenómenos que se escapan de nuestra lógica.
Fuente: http://www.mundoesotericoparanormal.com/animales-tambien-pueden-ser-poseidos-entidades-demoniacas/
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