La práctica de adivinación ha existido en todas las culturas a lo largo
de la historia. Su idea básica involucra el anticipar el futuro y tener
acceso a información oculta por varios medios. Tradicionalmente la
persona que practica la adivinación es considerada como alguien con
poderes sobrenaturales.
En tiempos antiguos se le llamaba suerte sagrada por la cual los antiguos hebreos solían buscar las manifestaciones de la voluntad divina. Se reconocían otros dos canales de comunicación divina, a saber, los sueños y las manifestaciones proféticas, como sabemos por numerosos pasajes del Antiguo Testamento. Las tres formas se mencionan juntas en 1 Sam. 28,6. "Consultó Saúl a Yahveh, pero Yahveh no le respondió ni por sueños, ni por los sacerdotes (Hebreo, Urim, LXX delois), ni por los profetas." No existe duda que en este caso la traducción de “sacerdotes” de la Biblia de Douay está equivocada, basada en la variante equivocada “sacerdotes” de la Vulgata Latina. El significado etimológico de las palabras, por lo menos como están indicadas en la puntuación Masorética
es suficientemente sencillo. Urim se deriva de la palabra hebrea para
“luz”, o “dar luz”, y Tummin para “totalidad”, “perfección” o
“inocencia”. En vista a estas derivaciones algunos estudiosos suponen
que la suerte sagrada puede haber tenido un doble propósito en las
ordalías judiciales, a saber: Urim servía para traer a la luz la
culpabilidad del acusado, y Tummin para establecer su inocencia. Sea
como fuere, las relativamente escasas menciones de Urim y Tummin en el
Antiguo Testamento dejan la naturaleza y uso de la suerte como un tema
de conjetura más o menos plausible, ni se obtiene mucha luz de las
antiguas versiones en las cuales el término está sujeto a variantes
inciertas y divergentes. Tampoco se aclara el concepto de las antiguas
versiones en las que el término está sujeto a usos confusos y
divergentes.
En el capítulo 28 del Éxodo
(“P”) donde se dan instrucciones minuciosas respecto a las vestiduras
sacerdotales, y en particular respecto al “racional” (probablemente
“bolsillo” o “pectoral”) leemos (v. 30): “En el pectoral del juicio pondrás el Urim y el Tummim, que estarán sobre el corazón de Aarón
cuando se presente ante Yahveh. Así llevará Aarón constantemente sobre
su corazón, delante de Yahveh, el oráculo de los hijos de Israel.” Por esto parece que por lo menos cerca de la culminación del Exilio, el Urim y el Tummin se consideraban como algo distinto del efod del sumo sacerdote
y las gemas con las que estaba adornado. También muestra que se les
consideraba como objetos materiales lo suficientemente pequeños para ser
insertados dentro del “racional” o “bolsillo”, cuyo propósito principal
parece haber sido recibirlos. En Levítico 8,7-8 leemos: “Puso (Moisés)
sobre Aarón la túnica y se la ciñó con la faja; lo vistió con el manto y
poniéndole encima el efod, se lo ciñó atándoselo con la cinta del efod.
Luego, le impuso el pectoral en el que depositó el Urim y el Tummim.”
Nuevamente en Números 27,21: “Que se presente al sacerdote Eleazar y que éste consulte acerca de él, según el rito del Urim, delante de Yahveh.” Estos pasajes añaden poco al conocimiento de la naturaleza y uso del oráculo, excepto quizás la importancia que tenía como medio de comunicación divina en el período posterior al Exilio.
Algunos de los pasajes más antiguos del Antiguo Testamento son más
instructivos. Entre éstos se puede mencionar 1 Sam. 14,41-42. Luego de
la batalla con los filisteos, durante la cual Jonatán violó involuntariamente el irreflexivo juramento de su padre, Saúl, al probar un poco de miel silvestre, Saúl consultó al Señor, pero no recibió respuesta. Deseando averiguar la causa
del enojo divino, Saúl congrega a la gente para que se descubra al
culpable y así se dirige al Señor: “«Yahveh Dios de Israel, ¿por qué no
respondes hoy a tu siervo? Si el pecado es mío o de mi hijo Jonatán, Yahveh Dios
de Israel, da urim; si el pecado es de tu pueblo Israel, da tummim.»
Fueron señalados Saúl y Jonatán, quedando libre el pueblo. Saúl dijo:
«Sortead entre mi hijo Jonatán y yo»; fue señalado Jonatán.” Esta
traducción de la Vulgata
es confirmada por el texto griego revisado de Luciano (vea ed. Lagarde)
y por el evidentemene corrupto “thamim” masorético al final del verso
41.
Por este y otros varios pasajes, de los cuales sería muy extenso discutir aquí, (v.g. Deut. 33,8; Hebreos,
1 Sam. 14,36; 23,6-12 etc.) sabemos que el Urim y el Tummim eran una
especie de oráculo sagrado manipulado por el sacerdote al consultar la
voluntad divina, y que se usaban a veces como una especie de ordalía
divina para descubrir la culpabilidad o inocencia de personas
sospechosas. Siendo dos las posibles respuestas, sólo se formulaba una
pregunta a la vez (vea 1 Samuel, 14,41-42; ibid 23, 6-12). Muchos
estudiosos sostienen que en la mayoría de pasajes donde se usa la
expresión “consulta a Yahveh” o sus equivalentes, se recurre al Urim y
al Tummim (vea Jueces 1,1-2; ibid 20,27-28; 1 Sam. 10,19-22; 2 Sam. 2,1, etc.). Las especulaciones de escritores judíos posteriores, incluyendo a Filo Judeo y a Flavio Josefo,
no nos enseñan nada de valor en cuanto el Urim y el Tummim. Son muchas
veces fantasiosos y extravagantes, tanto en este como en otros temas
(vea “Enciclopedia Judía”, s.v.). El único caso en el Nuevo Testamento de algo que se parezca al uso de la suerte sagrada como medio para descubrir la voluntad divina aparece en Hechos 1,24-26, en relación con la elección de San Matías.
Fuente:
http://ec.aciprensa.com/wiki/Urim_y_Tummim
Otras fuentes:
http://www.radiodifusionamerica.com.py/index.php/profecias-biblicas/item/1246-%C2%BFd%C3%B3nde-est%C3%A1n-el-urim-y-el-tumim?
https://www.lds.org/scriptures/gs/urim-and-thummim?lang=spa
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