El 4 de Febrero de 1978 se produce uno de los acontecimientos ovnilógicos más importantes de la República Argentina. Varios testigos calificados verían el descenso de una extraña nave y la presencia de un humanoide de gran altura que deja sus huellas en la tierra. Las investigaciones que se llevaron a cabo determinaron la veracidad de los hechos como así también la corroboración de las huellas dejadas por su tripulante.
Este
incidente conocido mundialmente como el Caso Dique La Florida, en San
Luis, Argentina , contó con el apoyo investigativo de la Policía de la
Provincia de San Luis, a cargo por el entonces Teniente Coronel Raúl
Benjamín López, quien firmó EL PRIMER COMUNICADO OFICIAL DE LA CAMINATA
DE UN TRIPULANTE DE UN OVNI representando a la Policía Provincial y al
Ejército Argentino.
CASO LAGO LA FLORIDA. Contacto del tercer tipo.
Ficha técnica
Lugar: Club
Náutico y de Pesca La Florida, lago La Florida, a 38 km. de la ciudad
de San Luis, provincia de San Luis, República Argentina.
Fecha: 4 de febrero de 1978.
Hora: 4.45 aproximadamente.
Testigos:
Manuel María Alvarez, paraguayo, argentino naturalizado, con 5 años de residencia, soltero, 32 años de edad, empleado en las oficinas de Aerolíneas Argentinas.
Regino Salvador Perroni, argentino, 26 años, casado, empleado del Banco de San Luis, L.E. Nro. 6.484.327.
Pedro Raúl Sosa, argentino, 32 años, casado, empleado de la Casa de Gobierno de la provincia de San Luis, L.E. Nro. 6.814.691.
Ramón Armando Sosa (hermano del anterior), argentino, casado, 39 años de edad, empleado de la fábrica de cerámica San José, L.E. Nro. 6.801.223.
Genaro Luis Sosa (hermano del anterior), argentino, casado, 34 años de edad, empleado del Banco Provincia de San Luis.
Jacinto Eduardo Lucero, argentino, casado, 24 años de edad, empleado del Banco Provincia de San Luis, con L.E. Nro. 10.945.305.
Manuel María Alvarez, paraguayo, argentino naturalizado, con 5 años de residencia, soltero, 32 años de edad, empleado en las oficinas de Aerolíneas Argentinas.
Regino Salvador Perroni, argentino, 26 años, casado, empleado del Banco de San Luis, L.E. Nro. 6.484.327.
Pedro Raúl Sosa, argentino, 32 años, casado, empleado de la Casa de Gobierno de la provincia de San Luis, L.E. Nro. 6.814.691.
Ramón Armando Sosa (hermano del anterior), argentino, casado, 39 años de edad, empleado de la fábrica de cerámica San José, L.E. Nro. 6.801.223.
Genaro Luis Sosa (hermano del anterior), argentino, casado, 34 años de edad, empleado del Banco Provincia de San Luis.
Jacinto Eduardo Lucero, argentino, casado, 24 años de edad, empleado del Banco Provincia de San Luis, con L.E. Nro. 10.945.305.
Investigación: Equipo CAEFA de Fundación Disciplinas de Apertura, con la Lic. Betina Allen (analista psicológico); Hugo Quiroga (CAEFA, San Luis); Lic. Beatriz Bibiloni (análisis biorritmológico); Arq. Alberto Radaelli (identikit del objeto y del ser); Profesor Fabio Zerpa (investigación , interrogatorio , análisis psicológicos y supervisión).
Apoyo investigativo: Jefatura de Policía de la provincia de San Luis (teniente coronel
Raúl Benjamín López). Delegación puntana de la Policía Federal
Argentina (subcomisario Oscar Guillermo Rossello, principal José Luis
Bonaventura, oficial inspector Hugo Ricardo Cremonte).
Análisis: Miembros del Instituto Municipal de Botánica.
La noche del suceso, Genaro y Pedro Sosa,
juntamente con Regino Perroni y Jacinto Lucero, habían ido a comprar
carne para hacer asado; fueron a la carnicería Mede, en la ciudad de San
Luis, y compraron 3,5 kg. de asado de tira, chorizos y morcillas; era
suficiente para los 6 amigos, que querían ir a pescar al lago La
Florida; ellos siempre van juntos a distintos lugares de pesca cercanos a
la ciudad puntana; los 6 son “amigos de pesca”, aunque sus familias no
se frecuenten.
Perroni y Lucero son cuñados (el segundo
está casado con la hermana de Perroni), viven juntos en el barrio
Cantisan, cerquita de la casa de Genaro y Pedro Sosa. Los 4 suben al
Fíat 125 de Genaro Sosa y van a buscar a Ramón Sosa, que vive en la
calle Mitre 105, y, finalmente, a eso de las 11.00, a Manuel María
Alvarez, el último, que se domicilia en Ituzaingó 1128.
Toman la ruta 20, van transitándola con
un diálogo de pocas palabras (quizá Perroni es el que más habla, el
“italiano” le sale de adentro), miran el hermoso cielo estrellado y el
paisaje puntano, ennegrecido pero tocado por las luces colgantes del
cielo. Llegan al Club Náutico y de Pesca La Florida, al borde del lago
La Florida, a 38 km. de la ciudad puntana.
Allí el fuego ya estaba casi preparado
por Rodríguez, el capataz del Club, porque anteriormente había hecho
unas empanadas. El paraguayo Alvarez empieza a hacer el asado; ha
aprendido la lección en su país de adopción definitivo, porque vino de
Concepción a la Argentina a los 5 años, y ha tomado carta de ciudadanía
argentina.
Después los 5 ayudan a su amigo, hablan,
comentan, dicen chistes, y a la hora y media ya tienen pronto el asado.
Comen y consumen entre los seis un escaso litro de vino; a ninguno le
gusta el alcohol.
Entre las 12.30 y la 1 de la madrugada
del sábado 4 de febrero de 1978, ya están en el lago para pescar. Con la
balsa de Perroni cargada con los 6 protagonistas y con todos los
aparejos de pesca, se internan en las aguas del lago; quieren ir hacia
el Sur, remando con viento Norte, a una profundidad de 50 m; el oleaje
es muy intenso y cuando llegan a la rinconada, que está al otro lado del
Club de Pesca, deciden volver al lago, para hacer la pesca “más
tranquila”.
Comienza el pique a las 2.10 de la
madrugada, instalados ya en otra balsa: “La Niña”, de un amigo, que hace
mucho que no se usa. Les iba mal con la pesca; aburridos, a las 3.30 y
con el cansancio encima de toda la semana, Genaro y Ramón Sosa, junto
con Jacinto Lucero, se van a dormir a unos 5 mts. de la borda de la
balsa, donde quedan Alvarez y Pedro Sosa, apoyados en la baranda; les
gusta “a muerte” el deporte de la pesca; hace muchos años que son amigos
y salen siempre juntos a practicarla. Perroni queda un poco más atrás
de los dos pescadores; parado al lado del motor de la balsa, habla y
habla, pero bajito “para no despertar a los peces”; ve cómo se acurrucan
los otros 3 amigos para dormir y se ponen unos abrigos encima, porque
la noche está fría (unos 14 a 16 grados C). Los 3 pescadores despiertos
siguen la lucha con los animalitos de las aguas; pescan dos pejerreyes y
unas 8 carpas; éste último, un tipo de pez muy angurriento, parecido a
las viejas.
Así es el balance pesquero de aquella
noche, porque a partir de la salida de la Luna, alrededor de las 4, los
minutos siguientes van a cambiar la vida de los 6 hombres.
A las 4.15, Perroni ve pasar “algo”
frente a la Luna; Genaro medio se despierta por el grito de su amigo
(ellos dos también son muy unidos porque trabajan y salen juntos casi
siempre).
Los dos piensan que es una estrella fugaz
como las innumerables que han visto tantas veces, pero siempre les
llama mucho la atención; no han perdido la linda capacidad de asombro
ante los hechos de la Naturaleza siempre nueva y misteriosa.
Después de cambiar unas palabras, Genaro
Sosa vuelve a dormir y se arropa bien, porque siente mucho frío; Alvarez
y Pedro Sosa siguen junto a las cañas: “no aflojamos nunca…”
A las 4.45, aproximadamente, detrás de la
barca, arriba del pequeño cerro distante unos 20 mts., parte una
intensa luz que hace que Perroni se tape la cara, y los tres dormidos
comiencen a despertarse.
Alvarez y Pedro Sosa giran hacia atrás
sus cabezas y se encuentran con un hecho insólito: Un enorme resplandor
los ilumina y a posteriori pueden observar que se trata de un objeto
volador no identificado, un aparato metálico, sólido, que tiene forma de
un plato hondo invertido, que irradia de su parte baja una luz blanca, y
de su parte superior luces de colores verde esmeralda y rojo granate;
que el mismo se halla suspendido en el aire sobre un terreno en declive,
a unos 3 mts. de altura del suelo, y mide aproximadamente unos 15 mts.
de diámetro. Este diámetro, medido en el terreno y a través de la
declaración conjunta de los testigos en el lugar, arrojó 11 mts.
aproximadamente.
Instantáneamente se abrió una
escalerilla, de las del tipo Focker, por la cual descendió un ser de
forma humanoide, con una estatura aproximada de 2 a 2.10 m. Se hallaba
vestido con un traje brilloso, ajustado al cuerpo, de color plateado
luminoso; sobre su cabeza, el “hombre” llevaba colocada una especie de
escafandra transparente, que dejaba ver sus cabellos rubios y sus
facciones bellas; en ningún momento le ven los pies y no saben si
llevaba algún aditamento allí o no. El identikit del ser coincide casi
en forma total con todas las descripciones.
El ser, después de salir a la
escalerilla, bajó por ella, caminó por el terreno (o se deslizó, no lo
saben), que es en declive y se acercó a la orilla del lago, a
escasamente unos 15 mts. de los pescadores, de los cuales lo separa el
agua. Sonriendo, el extraño, colocó sus manos (enguantadas en una
especie de mitones) hacia adelante, con las palmas hacia arriba, en un
gesto característico de amistad y de posición yoga (flor de loto);
pensamos en un gesto universal de dar.
Luego de efectuar ese gesto, giró y se dirigió a la escalerilla, ascendió por ella y se introdujo dentro del aparato.
La escalerilla se levantó y cerró el agujero que había abierto para colocarse en el suelo.
Faxsimil del OVNI y el ser
Al cabo de entre 20 y 30 segundos (fue
corroborado el tiempo en el lugar de los sucesos y, a pesar del terreno
escarpado, se puede efectuar perfectamente todo ese movimiento en tan
corto lapso), el aparato se elevó y con rumbo noreste se perdió en las
serranías de San Luis.
Pedro Sosa, muy impactado por lo que estaba viendo, observó mucho menos del humanoide que Alvarez, que es el más descriptivo.
Los tres pescadores dormidos se
despiertan, alertados por Perroni, y los 6 ven al objeto, ya en el
cielo, haciendo el trayecto a las serranías próximas, exactamente hacia
el lugar en donde primitivamente querían pescar, en el primer intento de
usar la balsa de Perroni.
Con respecto al objeto, los testigos
difieren en los pequeños detalles de las características luminosas, pero
todos coinciden en la potente luz, que vieron tan cerca de ellos y a
sus espaldas.
Para Genaro Sosa, el objeto tenía una
aureola amarillenta; Ramón Sosa opina que era una luz fluorescente;
Pedro Sosa piensa que tenía diferentes colores que giraban llegando al
blanco; para Jacinto Lucero, era una luz blanca muy intensa. Para
Alvarez y Perroni el objeto iba dejando una estela luminosa.
Todos coinciden en la forma circular;
fundamentalmente, los 3 pescadores que se despiertan ante el hecho; pero
los otros 3, los que prácticamente ven al aparato sobre el pequeño
cerro, advierten la forma de plato sopero invertido con una especie de
alerón o anillo en el medio, que luego de elevarse va dejando una estela
luminosa, para luego formar una aureola blanca en su derredor, cuando
desaparece en las sierras de San Luis.
Los 6 coinciden también en que el OVNI,
cuando está en el cielo sobre las montañas, en un ángulo de 45 grados
con respecto al horizonte, hace un medio looping para desaparecer: no se
pierde de vista, sino que desaparece, dejando un círculo luminoso
blanco que se va agrandando paulatinamente para luego perderse.
Regino Salvador Perroni aportó una
evidencia francamente muy interesante para la investigación: el aparato
hace el medio looping y “se mete en una alcancía”; realiza la operación
que nosotros efectuamos cuando introducimos una moneda en una alcancía, o
una carta en un buzón.
Una observación que nos hizo reflexionar:
¿apertura del viaje al tiempo? ¿Apertura hacia otras dimensiones?
¿Introducción brusca en el mundo subterráneo de las montañas puntanas?
Preguntas para pensar; que inquietan y son acicate de investigación.
Pasó todo; los 6, en la balsa, se miran
atónitos; todos piensan que fue un plato volador; cuando les dijimos en
los intensos interrogatorios, allá en El Volcán, que podía ser
una nave terrestre secreta, con un astronauta desconocido, nos miraron
como no sabiendo qué pensar; todos tienen la firme convicción de que
vieron un hecho anómalo que hemos bautizado con el inquietante nombre de
OVNI.
Identikit del ser
Recordemos
que este incidente contó con el apoyo investigativo de la Policía de la
Provincia de San Luis, a cargo por el entonces Teniente Coronel Raúl
Benjamín López, quien firmó EL PRIMER COMUNICADO OFICIAL DE LA CAMINATA
DE UN TRIPULANTE DE UN OVNI representando a la Policía Provincial y al
Ejército Argentino.
La Declaración Oficial de la Jefatura de Policia
de la Provincia de San Luis (Argentina)
de la Provincia de San Luis (Argentina)
Conclusiones del caso lago La Florida.
A través de toda la información
relevada en la zona, así como en los análisis posteriores del suceso
realizados por nuestro equipo, podemos arribar a estas conclusiones:
1.
El caso constituye un nuevo contacto del tercer tipo, con la aparición
del OVNI cercano al suelo y el encuentro con un humanoide.
2. Se ha descartado totalmente un caso de alucinación colectiva, o de un fraude montado por los testigos.
3. Los
protagonistas pueden catalogarse dentro de la categoría de testigos
calificados, ya que son reconocidos por dos entidades policiales, la
policía provincial de San Luis y la delegación puntana de la Policía
Federal Argentina, como personas de buena reputación, sin ningún
antecedente de carácter delictivo, así como de problemas mentales.
4.
Las declaraciones de los testigos ante ambas reparticiones policiales,
así como ante los investigadores de CAEFA, son siempre coincidentes y
reiterativas . Es la primera vez en el mundo que intervienen dos
instituciones policiales simultáneamente, lo que ofrece plena garantía
para la investigación privada, dadas las penalidades por falso
testimonio.
5.
Todos los protagonistas aceptan la realización de una investigación
sofrológica, con inyección de pentotal, el llamado suero de la verdad,
para una mayor seguridad en las indagaciones. Cuando lo creamos
necesario, y a un tiempo prudencial, podremos utilizar este elemento
investigativo.
6.
El aparato visto es similar en su morfología a una gran cantidad de
casos, ofreciendo las características, según las distintas apreciaciones
de los testigos, del tipo Nro. 8 de OVNI, según la clasificación de
Claude Poher.
7.
Coincidentemente con este suceso, hubo un hecho similar en Caucete
(provincia de San Juan ), aproximadamente a la misma hora de la
observación en el lago La Florida; ambas poblaciones coinciden con la
orientación noreste de desplazamiento del OVNI que vieran los testigos
puntanos.
8. En
este caso se repiten muchas pautas de comportamiento que se reiteran en
diversas manifestaciones OVNI sucedidas en el mundo: agua (gran
extensión en el mismo lago La
Florida), cables de alta tensión (a unos 100 metros del lugar del descenso), minerales en la zona (tungsteno, uranio, etc., que utilizan o se acercan a ellos), viraje rápido para desaparecer (y no “perderse de vista”), movimientos sin sonido, gran luminosidad, aureola alrededor del objeto antes de la desaparición, comportamiento amistoso por parte del ser, hundimiento en el terreno de caracteres anormales (pisadas tipo caso Días D’Avila).
Florida), cables de alta tensión (a unos 100 metros del lugar del descenso), minerales en la zona (tungsteno, uranio, etc., que utilizan o se acercan a ellos), viraje rápido para desaparecer (y no “perderse de vista”), movimientos sin sonido, gran luminosidad, aureola alrededor del objeto antes de la desaparición, comportamiento amistoso por parte del ser, hundimiento en el terreno de caracteres anormales (pisadas tipo caso Días D’Avila).
9. Las
huellas encontradas en el lugar indican un contacto de segundo tipo, y,
analizadas por la División Científica de la Policía de la provincia de
San Luis, indican la presencia de rastros, en forma regular y en
espacios de 1.50 mts. (deslizamientos o saltos, tipo caso Días D’Avila,
Brasil, 12 de diciembre de 1972), con pastos aplastados y un centro
desprovisto de Elementos vegetales. Los mismos tienen forma ovoide, con
30 cm. de largo por 17 cm. de ancho, e indican la presencia de un
elemento romo de gran peso, que hunde los pastos y espinillos que se
encuentran en el lugar. Los contornos ovoides revisten singular
preponderancia investigativa, ya que le fue imitada la caminata supuesta
con material militar de envergadura y no produjo los mismos efectos en
los pastos flexibles y a la vez resistentes.
10. La
falta de radiactividad y de magnetismo, indicada por la Universidad de
San Luis, no presenta ningún aporte negativo al caso, ya que la
radiactividad se presenta en un porcentaje muy ínfimo de casos y el
magnetismo se puede detectar en el momento del suceso, no después. Como
hipótesis de trabajo, siempre se ha pensado que el magnetismo es una
función intrínseca de los aparatos o que sólo actúa en el momento del
hecho (detención de relojes, motores, etc.) como el conocido Efecto EM.
11.
El humanoide tiene una conformación antropomórfica que se repite en
innumerables casos sucedidos en todo el mundo. Ver ovnilogía comparada
con algunos sucesos acaecidos en los últimos veinte años.
12.
En este caso se aplica en forma muy señalada una de las leyes del
fenómeno que dictó el Sr. Jacques Vallée: El grado de sorpresa aumenta
ante la proximidad del fenómeno; los propios investigadores de CAEFA que
intervinieron acusaron ese impacto al apreciar el acercamiento de la
entidad y del objeto.
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Investigación completa en: www.cuartadimensionrev.com.ar
Fuente: http://realidadovniargentina.wordpress.com/2013/08/21/caso-dique-la-florida-san-luis-argentina/
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