El
IVAF nos ofrece 13 consideraciones que cada uno debe ponderar
antes de asumir una posición sobre la equiparación legal
de las uniones homosexuales con el matrimonio.
"Matrimonio"
homosexual.
Los
niños tienen derecho a una familia y a un matrimonio normal
Autor:
Instituto Valenciano de Fertilidad, Sexualidad y Relaciones
Familiares (IVAF)
Desde
hace un tiempo los medios de opinión se esfuerzan en deslegitimar
cualquier intento de oponerse por razones científicas y
sociales a la ideología del homosexualismo y lo que representa;
sobre todo el matrimonio y adopción por homosexuales. No
son pocos los que defienden que la sociedad progresa y que
tiene un compromiso con el avance social manifestado en
la superación de las barreras discriminatorias contra los
homosexuales. Los defensores de estas posturas han tratado
de difamar a los que defendemos el derecho de los niños
a la mejor familia posible y el derecho de la sociedad proponer
el matrimonio como unión de un hombre y una mujer diciendo
que imponemos nuestras creencias religiosas a los demás
y que impedimos el reconocimiento de derechos civiles para
todos.
No
es verdad. Estamos a favor de que las personas homosexuales
registren públicamente sus amistades íntimas como uniones
de hecho en el marco de la protección de la seguridad social;
pero insistimos que el reconocimiento de esas uniones como
matrimonio va contra el bienestar público y de forma particular
contra el equilibrio y el desarrollo afectivo de nuestros
hijos. Las personas homosexuales deben de ser respetadas
y protegidas como personas pero su estilo de vida no debe
de ser propuesto a los niños como una inocua opción de vida.
Antes de formar tu propia opinión al respecto, considera,
por favor, estas reflexiones.
1.-Los
homosexuales, como todos, pueden casarse y no es discriminatorio
que muchos prefieran no hacerlo. Los homosexuales pueden
casarse con los mismos derechos y obligaciones que los heterosexuales.
Es decir, sólo con otra persona y sólo del sexo opuesto
y que tenga cierta edad y dé su consentimiento. Que un homosexual
se queje de discriminación porque no le dejan casarse con
alguien del mismo sexo es como si un polígamo se queja de
discriminación porque no le dejan casarse con varias mujeres,
o un promiscuo con varios y varias a la vez. No hay discriminación:
la ley es igual para todos y la sociedad tiene un modelo
de matrimonio que ha demostrado su eficacia durante siglos.
2.-Casar
homosexuales es un experimento social inédito. Casar personas
del mismo sexo es un experimento social que nunca antes
se ha intentado. Ninguna civilización ha implantado el matrimonio
homosexual. Incluso sociedades que permitían la homosexualidad
y hasta la fomentaban en ciertas edades y clases sociales,
como los griegos antiguos, entendían claramente el matrimonio
como la unión estable entre un hombre y una mujer abiertos
a tener hijos. Una cosa eran las prácticas sexuales de los
ciudadanos y otra muy distinta la familia y la generación
y educación de hijos. La homosexualidad ha adoptado muchas
formas en distintas sociedades, pero nunca se le ha relacionado
con el matrimonio. Experimentar con el modelo social es
irresponsable y peligroso, sin embargo muchos defienden
esa experimentación por razones ideológicas de rechazo a
la familia y no por razones científicas y ni siquiera de
demanda social (la inmensa mayoría de la población mundial
está en contra).
3.-
No existe el gen homosexual. El homosexual no nace, se hace.
No se ha podido demostrar científicamente que la homosexualidad
esté ligada a la herencia genética o que la tendencia a
ser homosexual esté determinada desde el nacimiento. Sí
que se ha demostrado y es defendido por un amplio y respetable
sector científico que la prevalencia de la tendencia homosexual
obedece a factores ambientales y está condicionada por la
propia psicología y la educación. Cualquiera puede realizar
actos homosexuales si quiere y cualquiera puede también
dejar de realizarlos. Por eso la mayoría de los homosexuales
puede dejar de serlo, como la terapia clínica ha demostrado.
El homosexualismo insiste en el carácter innato de la homosexualidad
para defender que se trata de un hecho natural, sin embargo
la ciencia nos dice que la homosexualidad es humana no porque
sea genética sino porque es influenciable por el ambiente
y por las propias decisiones. Un ambiente proclive a la
homosexualidad aumenta el número de homosexuales en ese
ambiente, mientras que en un ambiente donde la homosexualidad
se tolere pero no se proponga disminuye el número de homosexuales.
4.-
Para evitar abusos contra /entre homosexuales o el desamparo
legal no hace falta aprobar el matrimonio homosexual. Casi
todos los beneficios de un matrimonio a nivel de herencias,
transmisión de bienes, propiedades compartidas, etc., pueden
regularlo dos (o más) personas con acuerdos legales ante
notario, independientemente de que tengan relaciones sexuales.
De hecho, las pocas parejas homosexuales realmente interesadas
en estos temas ya han establecido acuerdos así. El problema
aquí es muchas veces otro: la inestabilidad de estas relaciones
hace que muchas de las previsiones relativas al matrimonio
no sean aptas para las uniones homosexuales, por esa inestabilidad.
Si un homosexual varón tiene como media relaciones con 39
personas a lo largo de su vida, ¿con cuantas se casará?
¿de cuantas se divorciará? ¿cuáles de ellas tendrán esos
derechos legales, puesto que con todas, o algunas, ha estado
casada? Y cuando se haya hartado de casarse, ¿no tendrán
las parejas de hecho posteriores esos mismos derechos?
5.-
Legalizar el matrimonio homosexual establece un agravio
comparativo con las personas que viven juntas sin relaciones
sexuales. Dos ancianas que viven juntas, tres hermanos en
una casa, cuatro amigos que comparten piso desde hace seis
años...,tienen una relación con afectividad, compromiso
y convivencia igual que puedan tener dos homosexuales. Sin
embargo, se ven privadas de las ventajas legales del matrimonio
gay porque no practican sexo entre ellos. El matrimonio
gay en realidad premia a los practicantes de cierto tipo
de sexo, privilegiándoles sobre otras convivencias afectivas
y estables. Es evidente la diferencia con el matrimonio
común, que premia la complementariedad hombre-mujer estable
y está abierta a la generación y crianza de los hijos.
6.-
Legalizar el matrimonio homosexual establece un agravio
comparativo con los polígamos... y con cualquier otra combinación
numérica. Al contrario que el matrimonio homosexual, que
nunca ha sido aceptado por ninguna civilización, la poligamia
tiene una larga tradición en numerosos países y sociedades,
incluso en nuestros días. Si casamos a dos hombres, ¿con
qué argumentos impediremos a nuestros ciudadanos islámicos
o de origen subsahariano que no se casen con dos o más mujeres?
¿Puede un emigrante pedir por reagrupación familiar que
vengan sus tres esposas? Al menos, las uniones polígamas
tradicionales tienen hijos y suelen ser estables, lo cual
es un bien social. ¿Con qué argumento los defensores del
matrimonio gay lo impedirían? En los ambientes homosexuales
lo que ya se pide es la aprobación de la poligamia bisexual.
Un famoso escritor lo ejemplificaba en un número de la revista
homosexualista Zero: un amigo suyo está casado con una mujer,
madre de sus hijos, y la quiere; pero es homosexual, y tiene
una relación con un hombre. ¿Por qué esconderlo? ¿Por qué
no casarse todos entre ellos? Así, los niños tendrían dos
papás, que siempre es mejor que uno. Cuando el matrimonio
deja de ser lo que es (un hombre y una mujer unidos en un
acto de amor que puede generar nuevas vidas), entonces puede
re-definirse para ser cualquier cosa.
7.-Legalizar
el matrimonio gay debilita al matrimonio heterosexual, igual
que la moneda falsa debilita la moneda verdadera. Muchas
personas piensan que no les afecta en nada que los homosexuales
se casen. Es lo mismo que pensar: "no me afecta en
nada que haya gente que haga circular falsos billetes de
100 euros, yo soy honrado y no los usaría, de hecho casi
nunca veo billetes de 100 euros". Sin embargo, es evidente
que la circulación de moneda falsa nos afecta a todos, porque
se pierde confianza en la moneda, la gente la usa con reticencias
y prefiere usar otras monedas (dólares, por ejemplo) o no
comerciar o no aceptar ciertos billetes y al final la economía
de todos se resiente porque todo es más costoso. Lo mismo
pasa cuando se hace circular un matrimonio falso como si
fuese matrimonio. En los países nórdicos, donde a las uniones
se les equipara al matrimonio, la mitad de los niños nacen
fuera del matrimonio. Al darle a la unión homosexual la
vitola de matrimonio se da el mensaje a la sociedad de que
en realidad casarse no significa nada ni se contrae ninguna
responsabilidad ante los hijos. Como consecuencia la gente
no se casa y su compromiso es débil. Igual que la moneda
falsa crea desconfianza en el sistema económico, el matrimonio
falso crea desconfianza en el compromiso inter-personal
y social. Una sociedad basada en la desconfianza, la desvinculación
y la falta de compromiso nunca funcionará tan bien como
una basada en familias estables, comprometidas de por vida
por el bienestar de los cónyuges, hijos y parientes.
8.-
En realidad, pocos homosexuales se casan; el objetivo del
movimiento gay es destruir el matrimonio heterosexual. Lo
han reconocido muchas veces los líderes homosexuales en
España y en el resto del mundo. En realidad muy pocos de
ellos quieren "casarse". Pero el movimiento del
homosexualismo político se vuelca en la exigencia del matrimonio
para cambiar la sociedad y eliminar una institución (el
matrimonio monógamo y de por vida) en la que no creen. "Luchar
por el matrimonio del mismo sexo y sus beneficios y entonces,
una vez garantizado, redefinir la institución del matrimonio
completamente, pedir el derecho de casarse no como una forma
de adherirse a los códigos morales de la sociedad sino de
desbancar un mito y alterar radicalmente una institución
arcaica. [...] La acción más subversiva que pueden emprender
los gays y lesbianas [...] es transformar por completo la
noción de familia" [Michael Signorile, activista homosexual
y escritor, citado en Crisis Magazine, 8 de enero de 2004]
. El activismo homosexual no quiere formar "familias
como las demás". Más bien, quiere llegar a que todas
las familias sean como las suyas, para lo cual la clave
es desmontar "conceptos arcaicos y caducos como fidelidad,
monogamia, compromiso, fecundidad, paternidad/maternidad",
etc.
9.-
Legalizar el matrimonio homosexual significa legalizar la
entrega de niños a homosexuales. Hay gente que dice "yo
veo bien que los gays se casen pero no que adopten niños".
Es un error pensar que se va a legalizar el matrimonio sin
la adopción: si se legaliza el matrimonio incluirá siempre
la adopción. Quien apoye una cosa estará apoyando, quiera
o no, la otra porque nuestro derecho permite adoptar conjuntamente
a los cónyuges: una vez casados, ya son cónyuges, y podrán
adoptar Aunque algunas lesbianas tienen hijos de anteriores
relaciones o los han buscado (mediante inseminación artificial
o con la cooperación de un hombre) la adopción se plantea
para que los homosexuales que, obviamente, no tienen niños,
accedan a la educación de niños que, obviamente, eran de
parejas heterosexuales. La adopción de homosexuales tiene
diversas desventajas para la sociedad que la permita, empezando
por que la escasez de niños hace que se traigan de China,
Rusia y otros países... que no van a dar niños a países
donde los homosexuales adopten. Así, el deseo de una minoría
ínfima va a dificultar a miles de matrimonios que quieren
adoptar. Pero el punto clave es que un niño tiene derecho
a un padre y una madre, derecho conculcado si se le entrega
a dos hombres o a dos mujeres. Dos personas del mismo sexo
no son idóneos para la cría y educación de los niños, que
carecerían de referente paterno/masculino (si son dos lesbianas)
o materno/femenino (si son dos homosexuales).
10.-
Legalizar el matrimonio homosexual significa poner toda
la maquinaria educativa y mediática del Estado al servicio
del homosexualismo político. Si el matrimonio gay es legal,
se enseñará en las escuelas. Los libros de texto de los
niños explicarán la doctrina que las asociaciones homosexualistas
hayan indicado: que la homosexualidad es normal, que es
bueno tener dos papás y dos mamás, que los niños deben experimentar
con su sexualidad para descubrir qué sexo les atrae más
y que las personas que se oponen a la homosexualidad (como
los papás de los niños cristianos) son intolerantes. Por
supuesto, cada serie de televisión tendrá su pareja de homosexuales
o lesbianas con niños, conviviendo felices para ejemplo
y edificación de tantos matrimonios con problemas. De hecho,
hay en España centros de scouts y de ocio infantil que activamente
difunden ya esta ideología.
11.-
Legalizar el matrimonio homosexual implicará a medio plazo
multas y penas de cárcel para quien critique la actividad
homosexual. En Suecia, donde hay uniones gay desde 1995
con adopción de niños desde 2002, se decretó pena de cárcel
para un pastor luterano que se limitaba a predicar las palabras
de San Pablo sobre la homosexualidad. Otro país donde criticar
la homosexualidad ha significado multas y juicios es Canadá.
El grado de respetabilidad de la relación gay (no ya de
la persona, que obviamente es merecedora de respeto simplemente
por ser persona) será extremo y su crítica punible. La libertad
de expresión se verá recortada y probablemente también la
libertad religiosa. Muchos de nuestros obispos y líderes
cristianos acabarán en la cárcel.
12.-
La legalización del matrimonio homosexual provocará un descenso
de la calidad de vida. Los homosexuales tienen menor esperanza
de vida y son más propensos a sufrir conflictos psicológicos
y a manifestar tendencias suicidas. Muchos homosexuales
viven la homosexualidad como sufrimiento. Las mismas publicaciones
gays muestran el alto índice de incidencia de desórdenes
afectivos y de patologías conductuales entre el colectivo
homosexual. El sida, con ser uno de los factores más importantes,
no es, desde el punto de vista de la salud, el que más incide
en la disminución de la esperanza de vida gay. La homosexualidad
va generalmente acompañada de adicciones no saludables y
de trastornos como ansias neuróticas y, en la edad más adulta,
de soledad. La propuesta generalizada de la homosexualidad
como opción de vida saludable originaría un incremento de
los gastos sanitarios para toda la sociedad
13.-
Legalizando el matrimonio homosexual, España ensanchará
su abismo con otras civilizaciones y la propia cultura occidental.
Casar homosexuales y devaluar la familia no va a ayudar
nada al diálogo Oriente-Occidente ni a mostrar las bondades
de la democracia. Llamar "derechos humanos" al
matrimonio homosexual va a servir para erosionar los verdaderos
derechos humanos, para que el mundo no Occidental vea que
Occidente impone una moral (o una inmoralidad, desde su
punto de vista) no basada en la naturaleza común del ser
humano sino en el individualismo, el materialismo y el hedonismo.
Millones de musulmanes y de chinos (y la autoridad moral
de Occidente) van a ser perjudicados por esta piedra en
el camino de extender una auténtica democracia y derechos
humanos para todos. Hay pues razones prácticas de convivencia
internacional para que una sociedad responsable diga "no"
al matrimonio entre homosexuales desde el respeto a estas
personas.
Ninguno
de nuestros argumentos ha sido de índole religiosa. Permitir
el matrimonio homosexual y la adopción de niños por homosexuales
es atentar contra las familias y supone un grave daño a
los niños y a la sociedad entera.
Fuente: http://www.aciprensa.com/Familia/matri-homo.htm
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